Samsung pondrá a la venta el Gear VR, un casco de realidad virtual que funciona asociado a un teléfono móvil inteligente.
SERÁ REALIDAD
La realidad virtual es una tecnología que “engaña” al cerebro haciéndole creer que se encuentra en un entorno virtual diferente al físico en el que se encuentra.
Por el momento, sólo lo hace con el Note 4, una exigencia que responde al tamaño y resolución de pantalla (5,7 pulgadas y 2.560×1.440 píxeles) y a la necesidad de modificar el software -en concreto, el kernel- del terminal para hacerlo compatible con la tecnología.
El Note 4 se conecta al casco por su parte delantera y se convierte en su pantalla. A partir de ese momento, dedica todos sus recursos a la reproducción de contenidos para conseguir una experiencia envolvente de 360 grados.
Gear VR, que es inalámbrico, cuenta con dos lentes que transforman la imagen, una rueda para ajustar su nitidez, control físico de volumen, una tecla con la función “atrás” y una superficie táctil para dar órdenes al dispositivo -que también responde al movimiento de la cabeza-.
Para que el Note 4 funcione con el casco de realidad virtual, el teléfono ha de tener instalado un software de Oculus -compañía propiedad de Facebook y responsable del resurgir de la realidad virtual con la que Samsung ha trabajado para el desarrollo de su casco- y estar conectado a una tienda de aplicaciones específica.
Tecnología con futuro… y puntos débiles
El contenido es precisamente uno de los puntos flacos de Gear VR: por el momento, las experiencias, aplicaciones y juegos disponibles se limitan a apenas una cuarentena -entre ellos, por ejemplo, visitar ciertos lugares o asistir a un espectáculo musical-.
Aunque la tecnología de la realidad virtual tenga ya varias décadas, en los últimos dos años ha vivido un renacimiento y los desarrolladores aún trabajan por crear propuestas con las que sacarle partido.
Samsung se ha convertido en el primer actor global en comercializar un dispositivo de realidad virtual, pese a que Oculus VR lleva años trabajando en el suyo -de momento sólo está disponible para desarrolladores- y a que Sony anunció Project Morpheus hace un año.
El casco Gear VR, que costará 249 euros, se comercializará acompañado de un mando para juegos y una tarjeta micro SD con 16 gigas de almacenamiento y contenido precargado.
Sin embargo, el pionero Gear VR tiene que hacer frente, además de a la falta de contenidos, a dos cuestiones.
La primera es la calidad de la imagen: pese a que la resolución del Note 4 es la más elevada del mercado en un dispositivo móvil, la cercanía de la pantalla a los ojos del usuario hace que éstos detecten los píxeles, lo que resta inmersión a la experiencia.
La segunda es el potencial mareo que puede generar la realidad virtual en algunos usuarios: no todas las personas responden bien a la sensación envolvente de esta tecnología. EFE
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