Un hecho insólito ocurrido hace escasos días podría revelar la primera evidencia de que los paquidermos pueden resolver problemas mentalmente. La solución alcanzada por Kandula da una idea a los científicos de hasta donde podría llegar el mapa mental de la especie, construyendo todo un plan resolutivo para alcanzar su objetivo.
Ocurrió durante el estudio de Kandula, elefante de 7 años que se encontraba ansioso por llegar a una fruta que se encontraba en la rama de un árbol. Al ver que no podía acceder hasta la fruta, y aparentemente pensando cómo podría solucionar el “enigma”, Kandula cogió un cubo de plástico y lo acercó hasta la rama para obtener la fruta con la trompa. Este mecanismo, una hazaña, lo llegó a repetir durante los días siguientes.
Los investigadores del zoológico de Washington jamás habían visto a un elefante mover un objeto y poner la pata sobre el mismo para obtener elementos. Este dato, tan común para muy pocas especies hasta ahora —solamente el ser humano, los chimpancés y los cuervos habían mostrado esta capacidad— , sitúa el estudio del compartamiento de los paquidermos y su capacidad de análisis y resolución en un nueva vía.
Hablamos de la capacidad del conocimiento espontáneo, la capacidad de, en un momento dado, averiguar mentalmente la solución a un problema físico.
Los investigadores pasaron entonces a darle diferentes objetos como palos para que los pudiera utilizar como medio para llegar a la fruta, y aunque en un principio se mostró reticente, Kandula acabó utilizando los palos para llegar hasta su objetivo. Reiss, investigador del Hunter College, lo explicaba así:
El elefante no trató de utilizar la herramienta para llegar a los alimentos durante siete sesiones de 20 minutos en siete días. Pero de repente, le llegó como una especie de revelación y consiguió el objetivo. No podemos estar dentro de su cabeza, pero el hecho sugiere que él estaba imaginando la solución
Para Waal, investigador de la Universidad de Emory, el hallazgo:
Es una prueba más de que los elefantes están a la altura de otros grandes cerebros animales en lo que respecta a la comprensión de la causa-efecto y la solución de problemas mentales
Quizá Kandula era más inteligente que el resto. El experimento luego pasó a llevarse con otros dos elefantes más viejos que Kandula. Ninguno de los dos reaccionó al problema que se le presentó. Claro que también podría deberse a que no les interesara o debido a la longevidad de ambos. En cualquier caso nos encontramos ante un comportamiento que abre las puertas a una mejor comprensión de la especie y sus límites. Les dejo con una imágenes del, posiblemente, elefante más inteligente de la Tierra.
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