Científicos británicos anunciaron el descubrimiento de una nueva especie de cocodrilo, un antepasado de los ejemplares modernos que vivió hace 130 millones de años tras escindirse de los dinosaurios.
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El hallazgo se produjo a partir de un cráneo fosilizado que un experto encontró por casualidad en 2007 en los alrededores de los pantanos de Swanage, un pueblo costero del condado de Dorset, en el sur de Inglaterra, según confirmó hoy a Efe el principal responsable de la investigación, Mike Benton.
Durante cinco años, investigadores de la Universidad de Bristol examinaron minuciosamente este cráneo, de un metro de longitud y en buen estado de conservación, y lo compararon con muestras de otros especímenes.
Finalmente declararon que se trataba de una nueva especie de cocodrilo, un antepasado de los modernos reptiles de agua salada, que vivió en el cretácico inferior y al que bautizaron con el nombre científico de "Goniopholis kiplingi", en honor a Rudyard Kipling, autor de "El libro de la selva".
"Este nuevo cocodrilo se parecía mucho a los actuales en cuanto a su forma y su dentadura. Era un animal bastante grande aunque no gigante", comentó Mike Benton, paleontólogo de la Universidad de Bristol y responsable de la investigación.
El reptil, que según este experto midió 4 ó 5 metros entre la nariz y la punta de la cola, se alimentaba de pescado, tortugas y probablemente también de pequeños dinosaurios, que habitaban en los pantanos y lagos de aguas cálidas en la profundidad de los bosques tropicales.
Aunque ya se habían encontrado otros restos de "Goniopholis" en Inglaterra hace más de un siglo, los huesos del cráneo del nuevo ejemplar son más alargados, además de otras diferencias sutiles en su maxilar superior.
El cráneo "se trata de una muestra bastante notable. Se mantiene en buen estado y no está aplastado, algo bastante insólito porque en la mayoría de los casos los fósiles han sido dañados por las rocas", detalló Benton.
El fósil fue analizado con las últimas tecnologías de escáner y reconstrucción por ordenador, para elaborar un modelo en tres dimensiones.
Aunque se han encontrado varios restos de cocodrilos prehistóricos en Europa, la importancia de este hallazgo reside, según Benton, en que ayudará a los investigadores a calcular el número de especies.
"Parece que este cocodrilo solo vivió en Inglaterra, por lo que ahora sabemos que debió haber dos o tres especies de este tipo en aquel tiempo", precisó Benton.
El fósil quedó expuesto tras un derrumbamiento rocoso sobre una playa de Dorset que forma parte de la zona conocida como La costa Jurásica, un enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que se extiende a lo largo del canal de la Mancha.
A partir de ahora el fósil y su reconstrucción en tres dimensiones se muestran al público en el Museo de Dorchester, suroeste de Inglaterra.
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