“La Vela”, la nueva ciudad digital de BBVA

Más de 6.000 empleados de la entidad financiera de BBVA en Madrid trabajarán a partir de 2016 en su nueva sede corporativa, una auténtica ciudad digital pensada para cambiar la forma de trabajo del grupo.

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Según Lamas, la Ciudad BBVA nació como un proyecto inmobiliario, pero terminó convirtiéndose en un “proyecto de cómo nuestro grupo quiere trabajar en el futuro…, es decir, siendo eficientes, sostenibles, innovadores y comprometidos con los empleados y con los clientes”.

La ciudad, construida por el grupo de arquitectos suizos Herzog & De Meuron, se erige en torno a una plaza circular de 100 metros de diámetro, donde destaca “La Vela“, una torre emblemática de 93 metros de altura y 19 plantas, a la que rodean siete edificios horizontales que alcanzan tres niveles de altura.

Los diferentes edificios llevan nombres de diferentes regiones del mundo (Europa, Asia, África, América del Norte, América del Sur, Oceanía y Antártida) y están separados por pasarelas y calles que reciben el nombre de los mares y océanos que los unen.

Estas construcciones cuentan con fachadas diseñadas para minimizar el consumo energético y fomentar la interacción formal e informal, además de impulsar el intercambio de conocimiento entre los empleados.

“Es una sede pensada para las personas; no un complejo de oficinas, sino un espacio para trabajar en equipo”, ha insistido Lamas.

A las novedades de edificicación se suman las de digitalización, según ha señalado la directora de transformación corporativa dentro del área de tecnología de BBVAA, Beatriz Lara, quien ha explicado que a partir de 2016, las más de 110.000 personas que integran el grupo en todo el mundo dispondrán de “las capacidades para trabajar en digital”.

Será “una nueva forma de trabajo con objeto de conseguir una banca digital organizada en torno a los principios de movilidad, simplicidad y colaboración”, ha explicado Lara, así como“trabajar de una manera transparente y segura para fidelizar al cliente y al empleado y aumentar la satisfacción y la productividad”.

Este proceso incluye la transformación de numerosos documentos físicos, hasta el punto de que según Lara “en los cuatro años que llevamos trabajando en esto, hemos digitalizado seis kilómetros de papel”.

Aunque la “alfabetización digital de las empresas requiere mucho tiempo”, Lara ha explicado que “nuestros empleados se acabarán comportando como nativos digitales“ gracias a un escritorio de trabajo al que se puede acceder desde cualquier parte del mundo desde cualquier dispositivo.

Este escritorio permite acceder a diferentes servicios y aplicaciones: desde información sobre las noticias del día hasta la agenda personal, pasando por chats para comunicarse con sus compañeros o utilidades como la pestaña “hoy necesito“, que presta servicios de restauración, salud, gestoría o actividades deportivas, entre otras.

Otra ventaja de la digitalización es que el empleado puede identificarse a partir de su teléfonomóvil, con el cual puede acceder al edificio, comprar en cafetería o reservar salas de reunión. EFE