Uno de los juguetes favoritos de George, de casi dos años de edad, es una pequeña tableta electrónica, una nueva tendencia entre los más pequeños que inquieta a los expertos en el desarrollo intelectual infantil.
George el curioso
Para la madre de este niño parisino, Aurelie Mercier, las aplicaciones de la tableta permiten que su hijo juegue con toda clase de objetos, como con un piano virtual. "Todos (los juguetes) se condensan en una pequeña pantalla", explica Mercier.
Muchos psiquiatras infantiles y padres se preguntan acerca del impacto de los teléfonos inteligentes y otras nuevas tecnologías en el desarrollo intelectual de los más pequeños.
El psicólogo infantil francés, Serge Tisseron, teme que las aplicaciones de las tabletas táctiles no transmitan correctamente la representación de un espacio tridimensional, etapa clave en el desarrollo de los niños menores de dos años. "Sabemos que los niños deben utilizar todos sus sentidos", explica el experto.
Durante los dos primeros años de vida, el cerebro triplica de tamaño, formando unas sinapsis -enlaces entre neuronas, que llevan a cabo la transmisión del impulso nervioso - que resultan del contacto entre el niño y los objetos que huele, muerde o tira.
A pesar de la interactividad proporcionada por las tabletas táctiles, Tisseron asegura que esas nuevas tecnologías son limitadas en términos sensoriales, ya que el gusto y el olfato no son utilizados.
Algunos padres piensan que la cultura informática impacta en la interacción de sus hijos con los juguetes convencionales.
La analista de la tecnología de consumo estadounidense, Sarah Rotman, cuenta que a su hijo de dos años "le encanta pintar en el papel, pero ahora se frustra cuando los dibujos no se mueven".
"Y eso creo que se debe a la cultura persuasiva del video y de la animación", señala.
Para el pediatra estadounidense Ari Brown, el peligro de las tabletas es que no requieren el mismo esfuerzo intelectual que algunos juguetes tradicionales.
"Ninguna aplicación electrónica puede ser capaz de restituir el dilema que supone encajar dos cubos de madera", explica Brown.
El cocinero francés Jean-Philippe Vieira, que tiene tres hijos -de tres, seis y ocho años -, cree que hay que dejar que los niños jueguen, y también que se aburran, para que aprendan.
"Cuando no sabes qué hacer, siempre terminas inventándote algo para entretenerte. Y para eso no necesitas nuevas tecnologías", declaró Veira.
Pero para la madre del pequeño George, las tabletas no representan un peligro, si se modera su utilización y se compensa con otro tipo de juegos.
"Además, vivimos en una sociedad rodeada de pantallas. No creo que deba prohibirle jugar con ellas", opinó.
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