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miércoles, 31 de octubre de 2012

GATOS EGIPCIOS DE HOY, CON LINAJE FARAÓNICO


El extinto linaje de los faraones sobrevive, al menos en su versión gatuna, según revelan análisis de ADN.


Genética en los gatos sagrados

Las dinastías faraónicas que gobernaron Egipto por miles de años acabaron por extinguirse, pero no se puede decir lo mismo de un personaje casi tan aristocrático como los propios reyes: los gatos sagrados.
Sucede que los felinos momificados del antiguo Egipto dejaron descendientes en la población moderna de mininos del país, según revelan los primeros análisis de ADN realizados a momias de gatos.

El estudio que describe los descubrimientos de dichas pruebas figura en la edición de este mes revista especializada "Journal of Archaeological Science", y fue coordinado por la especialista Leslie Lyons, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California.

Amante de los gatos, Lyons formó parte del equipo responsable por la primera clonación de un gato doméstico, realizada en 2002.

Entrevistada por el periódico brasileño Folha, la científica explicó que ella y sus colegas están muy interesados en los múltiples aspectos de la genética felina, porque esos animales pueden funcionar como buenos modelos para enfermedades humanas.
Además, para mapear con precisión la historia poblacional y la variación genética de los gatos, es interesante entender cómo surgió esa diversidad.

"En el caso de Egipto y Medio Oriente, nos preguntamos si la diversidad actual era representativa de la que existía hace miles de años. Lo imaginábamos posible, pero las migraciones humanas bien podrían haber traído poblaciones de otros sitios", explicó

Para verificar eso, Leslie y sus compañeros de equipo estudiaron momias de gatos datadas entre 664 y 322 antes de Cristo, pese a que la práctica de momificar gatos tuvo su auge en tiempos posteriores, cuando el país fue dominado por macedonios y romanos.
"La casta sacerdotal perdió poder y riqueza, y pasó a usar la momificación de gatos como una especie de industria", relata la investigadora.

Para atender la demanda, surgieron grande criadores de felinos, que luego eran ultimados mediante golpes en la espina o el cráneo, para luego ser disecados con natrón -mezcla de sales común en Egipto- y recubiertos con aceites y resinas calientes, para finalmente reposar en un sarcófago.

Todo ese proceso logró conservar los cuerpos de los animalitos, pero complicó las tareas de Lyons, porque obstaculizo la preservación del ADN. Los investigadores sólo pudieron extraer material genético de tres momias felinas, a partir de huesos de las patas y las mandíbulas.
El ADN mitocondrial obtenido permitió trazar una "línea dinástica" al compararse con el de gatos actuales. Los resultados no dejaron dudas: los gatos egipcios de hoy son descendientes directos de los que habitaron en la zona hace más de 2.000 años.

Para Lyons resulta importante el hecho de que la diversidad genética encontrada en los gatos egipcios de la antigüedad, sugiere que el pueblo de los faraones fue el primero en producir razas domésticas de gatos.


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