Así
lo afirma un nuevo estudio donde asegura que, no es probable que los chicos con
baja estatura puedan sufrir daño psicológico y la exposición a bromas sobre su
estatura no puede tener efectos permanentes.
No sufre ningún efecto
El estudio, que aparece en la edición de
septiembre de la revista Pediatrics, encontró que los niños bajitos reportaban
recibir sólo ligeramente más bromas que sus compañeros, pero que tales bromas
no parecían afectar su popularidad ni sus relaciones con otros niños. Y los
niños de estatura reducida no eran más propensos que sus compañeros a tener
síntomas de depresión.
"Nuestro
estudio debe tranquilizar a padres y pediatras", aseguró la autora del
estudio, la Dra. Joyce Lee, profesora asistente de endocrinología pediátrica de
la Universidad de Michigan en Ann Arbor. "Entre los niños por debajo del
décimo percentil [en las tablas estandarizadas de crecimiento] no pareció haber
ningún resultado significativo en términos de popularidad o victimización de
parte de sus compañeros reportado por los profesores".
Lee y sus
colegas llevaron a cabo el estudio porque a muchos padres les preocupa cuando
su hijo no crece al mismo ritmo que sus pares. Una vez se han descartado
afecciones médicas, los padres se preocupan de que ser significativamente más
bajitos que otros niños de la misma edad tendrá efectos sociales o psicológicos
duraderos en sus hijos, según el estudio.
Esta inquietud
puede hacer que los padres pidan que se administre hormonas del crecimiento a
sus hijos, aún cuando no existe indicación médica.
El estudio de
Lee incluyó a 712 estudiantes de sexto grado que participaban en el Estudio de
atención en la niñez temprana y desarrollo juvenil del Instituto Nacional de
Salud Infantil y Desarrollo Humano. Los datos incluían información sobre las
percepciones respecto a la victimización o las bromas por parte de los
compañeros tanto de profesores como de los niños. También incluían medidas
sobre la depresión, el optimismo, la popularidad y el respaldo social de los
pares.
Según Lee, los
investigadores encontraron que en realidad no había diferencias entre los niños
más bajos y los más altos. El único factor en que los niños más bajitos
puntuaron levemente más fue en el autorreporte de victimización por parte de
los compañeros. Sin embargo, los profesores no indicaron diferencias en tal victimización.
Lee dijo que
los profesores podrían no darse cuenta de algunas de las bromas, o que los
niños tal vez se enfocan más en éstas. Además, los niños bajitos podrían
sentirse como si les estuvieran molestando exclusivamente por su estatura. Sin
embargo, la buena noticia es que incluso con el reporte de niveles ligeramente
más altos en las bromas, los niños más bajos eran iguales de populares y tenían
respaldo de sus pares, y no parecían deprimidos o menos optimistas debido a las
burlas.
A medida que
los niños crecen, por ejemplo, en quinto y sexto grado, los adolescentes
jóvenes podrían tener más dificultades si son de menor estatura, apuntó Lee.
"La adolescencia es un momento particular cuando se tienen muchas
diferencias en el crecimiento, y se podría predecir que será una época un poco
más difícil si se tiene una estatura baja", anotó.
La Dra. Jennifer Helmcamp,
pediatra de Scott & White Healthcare en Temple, Texas, dijo que pensaba que
el nuevo estudio "es un artículo muy útil para los padres. Muestra que
incluso cuando
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