Conectadas con el mundo real, las protestas en línea adquieren nuevos formatos para causar daños específicos a personas e instituciones.
MANIFESTACIÓN VIRTUAL
En los últimos años, Internet se ha convertido rápidamente en la principal plataforma de protestas de la mayoría de la población mundial. Sitios web, mensajería instantánea, redes sociales y servicios de microblogging han ampliado no solo nuestra capacidad de interactuar e intercambiar información en el ámbito personal y empresarial, sino también nos han enseñado a utilizar estas mismas tecnologías para protestar y compartir opiniones sociales, políticas e ideológicas.
Internet es un gran palco de protestas. Todos los días, vemos mensajes con críticas políticas o ideológicas; y denuncias, quejas y peticiones organizadas en línea. El propio gobierno de EE.UU., en el sitio web de la Casa Blanca (www.whitehouse.org) tiene una página específica para que los ciudadanos estadounidenses creen peticiones dirigidas al gobierno. Sin embargo, es erróneo pensar que las protestas en línea están desconectadas del mundo real. Las protestas en el mundo real se llevan a cabo en colaboración con el mundo virtual. Cualquier manifestación en las calles es organizada, supervisada y apoyada por miles o millones de personas a través de Internet.
El uso de Internet como medio de protesta es popular desde finales de 2010, cuando el grupo Anonymous alcanzó gran protagonismo atención en la prensa mundial después de realizar ataques de denegación de servicio (conocidos como Distributed Deny of Service o DDoS ) a los sitios importantes, como Visa , Mastercard, Paypal y Amazon en apoyo de Wikileaks y su fundador, Julian Assange. Poco tiempo después tuvimos la Primavera Árabe, donde se organizaron y distribuyeron ampliamente en Internet violentas protestas callejeras. Desde entonces, el grupo Anonymous ganó seguidores en todo el mundo, mismos que ejecutaron varias protestas en línea en distintos países. Entonces, el término hacktivismo se popularizó, representándose en el uso y la manipulación de tecnologías en línea como forma de protesta política, ideológica o religiosa -ya sea a través de ataques o el uso de herramientas tecnológicas.
Hay varias maneras en las que el mundo en línea se puede utilizar para apoyar las protestas en el mundo real, a partir del llamado “ciberactivismo” puro, caracterizado por el uso de Internet para organizar, promover y difundir un mensaje ideológico. Ya sea creando un sitio web o una página en las redes sociales para difundir un mensaje u organizar una protesta , los activistas cibernéticos también usan el Internet para difundir noticias sobre las protestas, y así escapar del control de la información, la distorsión o la censura realizada por los gobiernos o medios tradicionales.
También está el “hacktivismo perjudicial”, que utiliza técnicas de ataques cibernéticos para causar daños a personas u o organizaciones objetivos de la protesta, incluidas las empresas y los gobiernos. Esta es actualmente la forma más conocida de protesta en línea, e incluye el uso de denegación de servicio (DDoS) para tornar el sitio web inaccesible; cambio de páginas web (defacement) para publicar en línea el mensaje de protesta; y el robo de información de la entidad o personas involucradas. Estos ataques se suelen exponer para humillar o incluso causar algún tipo de daño al objetivo de las protestas. Debido a su carácter dañino, un día podríamos llamarlo “Cracktivismo”.
El hacktivismo también puede ser beneficioso y constructivo cuando se utiliza la tecnología para beneficiar a un grupo que sea víctima de algún tipo de opresión. Este es el caso de la elaboración de instrumentos para asegurar la privacidad de las personas contra los gobiernos que no respetan los derechos individuales y la libertad de expresión (el software de encriptación de correos electrónicos PGP y la red Tor son buenos ejemplos). Durante la primavera árabe, muchos países trataron de restringir el acceso a Internet para que las protestas no fueran reveladas y para evitar que las personas se unieran en línea. Sin embargo, muchos activistas aportaron recursos para crear formas para que las personas que estaban en la protesta pudieran acceder a Internet, a pesar del intento de censura por parte de los gobiernos.
Por último, existe también la “Hacktivismo Vengativo”, que ocurre como reacción a las acciones consideradas desproporcionadas, violentas o falsas contra por las entidades o personas que son el objetivo de la protesta -o en contra de la reacción de las autoridades de policía. En este caso, es común ver a los hacktivistas denunciando, reaccionando y protestando en línea contra los excesos de las autoridades durante las manifestaciones pacíficas. Un caso que se hizo famoso fue el “Pepper Spray Cop”, un meme que surgió en Internet como forma de protesta contra policías estadounidenses que lanzaron gas pimienta a los participantes de “Occupy Wall Street”, en especial durante la ocupación de la Universidad de California, en noviembre de 2011.
En Latinoamérica la situación no es diferente. Los países en la región incluyen distintos grupos locales de Anonymous, como los Anonymous Mexico, Anonymous Costa Rica, y Anonymous Chile, o pequeños grupos locales, como Anonymous Zapata o Anonymous Tijuana. A todos les tocan temas locales, además de que generalmente los grupos Anonymous de Latinoamérica soportan a operaciones y protestas de otros países.
En México, los grupos Anonymous México y Anonymous Iberoamérica han impulsado el Movimiento Yosoy132, la campaña de estudiantes de educación superior tanto públicas como privadas de México, que tiene el objeto evidenciar al presidente Enrique Peña Nieto y sus supuestos nexos con Grupo Televisa, además de soportar protestas sobre temas apartidistas.
Desde 2012, el movimiento Yosoy123 logró realizar distintas protestas en línea y en las calles de México, como por ejemplo la página llamada "#Copete Leaks" donde revelaran documentos e informaciones sobre Enrique Peña Nieto cuando era candidato a la presidencia por el PRI. No importa si usted vive en México, en Argentina, Brasil o Perú, sin duda el Internet ha ampliado la capacidad de comunicación y la movilización de todos los latinoamericanos.
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