El Anfiteatro Flavio, el Coliseo de Roma, recupera poco a poco su esplendor y su piedra ya luce tonos ocres, amarillos y marfiles tras la retirada de los primeros andamios, colocados hoy hace un año y que cubrían parte de sus arcadas.
SE RESTAURA
Se trata de la parte del monumento más próxima a la vía Labicana que comenzó a cubrirse ahora hace doce meses, en una operación destinada a limpiar el mármol travertino de su fachada.
Avanza así la primera de las tres fases en las que se divide la restauración del monumento, que hasta el siglo XX conservó el liderazgo como estadio del mundo con mayor aforo.
Unas 50.000 personas tenían cabida en el Anfiteatro Flavio, en el que se libraban luchas entre gladiadores y animales salvajes en los últimos siglos del Imperio Romano.
El plan contempla el saneamiento de las fachadas norte y sur del monumento, así como la sustitución de las 84 verjas exteriores para continuar, en las siguientes etapas, con la creación de un centro de servicios en el exterior de unos 1.600 metros cuadrados y la modernización de los espacios internos y lugares de tránsito.
No obstante, las obras no impiden la visita del anfiteatro a unas 17.000 personas al día -y hasta 34.000 los domingos, días de ingreso gratuito desde principios de este mes- con colas de turistas que en estos días de julio rodean prácticamente su perímetro para acceder a la arena y las gradas, de 52 metros de altura.
Cristina Rodríguez, mexicana de Monterrey que visitaba por primera vez Roma, se lamentó a Efe: “Estoy de vacaciones, llegamos anoche. No sabía que estaban restaurando el Coliseo“, aunque reconoció la belleza del monumento a pesar de los andamios.
Entre decenas de guías turísticos que ofrecen sus servicios en numerosos idiomas, vendedores ambulantes y varios figurantes vestidos al estilo de los soldados romanos imperiales pasea bajo el sol Jesús Sánchez, un profesor español de Murcia (sureste) que vive en Roma.
“Los turistas en principio se decepcionan cuando ven el andamiaje que rodea el Coliseo pero después les agrada que la arqueología romana sea restaurada, renovada y cuidada como se merece”, dijo a Efe.
Añadió que “a veces uno se encuentra en Roma con monumentos que dejan mucho que desear en cuanto al cuidado que se les da”.
Las obras comenzaron hace un año gracias al mecenazgo de la firma italiana de moda Tod’s, que aportó unos 25 millones de euros necesarios para su puesta en marcha tras dos años de retraso en el proyecto inicial debido a la falta de fondos públicos para abordar la operación.
La directora de la restauración del Coliseo, Rosella Rea, admitió esta semana que las obras van “de momento con un poco de retraso en los tiempos previstos, pero es normal en trabajos de estas dimensiones”.
La revalorización de uno de los símbolos de la Ciudad Eterna irá acompañada de la peatonalización de la vía de los Foros Imperiales, la arteria que lo conecta con la plaza de Venecia, cerrada al tráfico de particulares desde el 29 de junio de forma experimental.
Se trata de una de las medidas estrella del Nuevo Plan General del Tráfico Urbano impulsado por el Ayuntamiento romano, que además dividirá el centro histórico de la ciudad en 15 “islas ambientales”, esto es, conjuntos de calles cerradas al tráfico privado, que incluye la peatonalización total de la plaza de España.
“Es absolutamente necesaria porque uno de los complejos arqueológicos más importantes del mundo no puede estar rodeado completamente de tráfico, y menos del tráfico romano, que es bastante agresivo”, consideró el español Sánchez.
Incluso a los romanos más veteranos les sorprende el aspecto de las primeras arcadas del Coliseo restauradas.
Sentado junto al monumento, un jubilado romano Luciano Novella, apuntó que es mejor para los turistas e indicó, mirándolo, que siempre lo ha visto más oscuro: “Donde se ha restaurado ya no se ve más el color negro, y el Coliseo se ve mejor así”.
EFE
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