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lunes, 14 de enero de 2013

Hay un tornillo en mi sopa


Un restaurante de Harbin (China) abrió sus puertas con unos particulares camareros y cocineros: 20 robots con diferente apariencia, más de diez tipos de expresiones faciales y la capacidad de recibir a los clientes con distintas frases de bienvenida.


Hay un tornillo en mi sopa
Según informó la prensa local, los robots, valorados en 3.217 dólares cada uno, miden entre 1,30 y 1,60 metros y tienen la inteligencia de un niño de tres o cuatro años.
El local cuenta con robots preparados para cocinar ravioles chinos, hacer los fideos, freír las verduras, entregar los pedidos de comida, llevar la carta de platos y bebidas y dar la bienvenida a los comensales, entre otras funciones.

De acuerdo con el responsable del restaurante, Liu Hasheng, los androides que cocinan están programados para agregar una cantidad adecuada de sal y aceite a los platos, además de saber controlar la temperatura del aceite a la hora de freír.

"Cuando se trata de cortar las verduras y carnes, hay un empleado que les ayuda y las coloca cerca a ellos, en el recipiente de los ingredientes. Luego, el robot las agrega en la cacerola donde las freirá", explica Liu, quien además es director de la Academia de Robots de la provincia de Heilongjiang, de la que Harbin es capital.

Liu pronostica que los robots serán muy comunes en una década. "En cada casa habrá uno para cocer los alimentos, ayudar a los mayores, hacer la limpieza o como seguridad personal", asegura, al subrayar que la verdadera importancia del restaurante que ha abierto es introducir los robots en la vida diaria de los ciudadanos.

"Una vez que el negocio tenga éxito, en el futuro y de acuerdo a las necesidades del mercado, se puede aumentar la producción de éstos y sus funciones en otros sectores", añade.

Fuente. EFE


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