Un grupo de oceanógrafos y zoólogos siguieron durante tres meses el "canto" de las ballenas azules del Antártico, con nuevos sistemas acústicos, para estudiar su migración y evaluar la población de esta especie diezmada por décadas de caza.
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La expedición, formada por científicos australianos, estadounidense y británicos, siguió de enero a marzo el movimiento de las ballenas en las aguas del Antártico analizando en tiempo real sus "cantos" a baja frecuencia.
"La acústica nos llevó a las ballenas", explicó la científica australiana Virginia Andrews-Goff.
Este sistema de seguimiento, que ya se utiliza en otras partes del mundo, supone un avance para localizar a las ballenas en el océano, que hasta ahora se hacía identificando visualmente a los animales, una tarea que podía tardar días o incluso semanas.
Los científicos reunieron un total de 626 horas de grabaciones que incluyen 26.545 sonidos emitidos por ballenas. Luego fotografiaron a los animales, tomaron muestras para identificarlos y colocaron emisores satélite en algunos de ellos.
"Sabemos pocas cosas del desplazamiento de las ballenas azules del Antártico, en realidad no conocemos sus rutas migratorias, no sabemos si algunos animales migran y otros no", reconoció Andrews-Goff.
El proyecto forma parte de un programa internacional en el océano austral (Southern Ocean non-lethal whale Research Partnership) en el que trabajan científicos argentinos, brasileños, chilenos, franceses, alemanes, neozelandeses, noruegos, sudafricanos, australianos y estadounidenses.
El objetivo del SORP, en el marco de la Comisión Ballenera Internacional, es la conservación de las ballenas en el Océano Austral cuya población está desapareciendo como consecuencia de años de pesca intensiva.
A principios del siglo XX había cerca de 250.000 ballenas y hoy sólo quedarían unas 10.000, según los científicos.
Fuente. AFP
Este sistema de seguimiento, que ya se utiliza en otras partes del mundo, supone un avance para localizar a las ballenas en el océano, que hasta ahora se hacía identificando visualmente a los animales, una tarea que podía tardar días o incluso semanas.
Los científicos reunieron un total de 626 horas de grabaciones que incluyen 26.545 sonidos emitidos por ballenas. Luego fotografiaron a los animales, tomaron muestras para identificarlos y colocaron emisores satélite en algunos de ellos.
"Sabemos pocas cosas del desplazamiento de las ballenas azules del Antártico, en realidad no conocemos sus rutas migratorias, no sabemos si algunos animales migran y otros no", reconoció Andrews-Goff.
El proyecto forma parte de un programa internacional en el océano austral (Southern Ocean non-lethal whale Research Partnership) en el que trabajan científicos argentinos, brasileños, chilenos, franceses, alemanes, neozelandeses, noruegos, sudafricanos, australianos y estadounidenses.
El objetivo del SORP, en el marco de la Comisión Ballenera Internacional, es la conservación de las ballenas en el Océano Austral cuya población está desapareciendo como consecuencia de años de pesca intensiva.
A principios del siglo XX había cerca de 250.000 ballenas y hoy sólo quedarían unas 10.000, según los científicos.
Fuente. AFP
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