Sony dejará de fabricarlos en diciembre de este año para desaparecer el 2,013.
HASTA EL 2013
La compañía japonesa fabricante de estos equipos concentrará sus esfuerzos en el mundo de los dispositivos móviles inalámbricos.
Si hace unos cuantos años asistíamos con indisimulable nostalgia al entierro de los discos de vinilo, los cassettes o las cintas de video VHS, ahora toca hacer lo propio con las tecnologías que muchos pensaron habían llegado para quedarse.
Se trata de los CDs, los DVDs y el más moderno Blu-ray, que tienen los días contados después de que Sony haya decidido echar el cierre a Optiarc, otrora uno de las más preciadas subsidiarias de la compañía japonesa.
Esta empresa fabrica reproductores y grabadoras para computadores personales y dejará de funcionar en diciembre, para desaparecer por completo en marzo de 2013, según informó el portavoz Jin Tomihari. Los 420 empleados -300 de los cuales trabajan en las factorías de la empresa- serán recolocados en otras áreas o se acogerán a jubilaciones anticipadas voluntarias.
El objetivo de Sony es concentrarse en las nuevas tecnologías, que carecen cada vez más de estos soportes: "Los productos sin 'drives', como los teléfonos inteligentes y las tabletas, son cada vez más populares. El negocio de los lectores ópticos para PCs está menguando. Por si fuera poco, casi cualquiera puede fabricarlos ya".
En la década pasada, Sony se posicionó como la firma líder en el mundo de la reproducción multimedia de alta definición al ganar su pulso con Toshiba e imponer su modelo Blu-ray, pero este reinado fue efímero ante el empuje de los dispositivos móviles y métodos de reproducción sin soporte como el streaming.
Historial de pérdidas
Sony se enfrenta a una dura reestructuración de sus negocios, en la búsqueda de un ecosistema capaz de interconectar sus decenas de productos tecnológicos con su holding musical y cinematográfico, un esfuerzo que dejará unas diez mil personas en la calle, según informa computerworld.com.
En los últimos años, Sony ha optado por deslocalizar la fabricación de muchos de sus componentes, incluso los más importantes, con fábricas en China y otras partes de Asia. Ahora, parece llegado el momento de ceder a la presión del mercado y deshacerse de las divisiones menos beneficiosas de la compañía, como la de lectores ópticos.
Las pérdidas récord del año pasado han terminado por convencer a sus directivos que no hay lugar para el romanticismo y ha llegado el momento de centrarse en el futuro. La clave para el gigante nipón es recuperar el olfato para encontrar nuevos negocios con el mismo ritmo con que cierra los viejos.
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