La taiwanesa DigiTimes esparció el rumor de que Intel “daría marcha atrás” con el desarrollo del sistema operativo MeeGo. Intel tardó un poquito en desmentirlo, pero lo hizo con esta respuesta para CNET
Seguimos comprometidos con MeeGo y el código abierto, continuaremos trabajando con la comunidad para ayudar a desarrollar y cubrir las expectativas de clientes y usuarios finales
Alivio.
¿Alivio? Bueno, en realidad el velo de incertidumbre que rodea MeeGo sigue allí, evidente. Un velo que le acompaña desde los primeros meses, con las primeras decisiones técnicas y comerciales, más pesado en la medida que pasaron los días sin verlo en un sólo dispositivo comercial. Y ni qué decir después del penoso abandono de Nokia.
(Sí, cuando los finlandeses abandonaron MeeGo a su suerte al relegarlo a un segundo o tercer plano. Para un proyecto así de complejo, fue una falta de respeto a sus socios, sobre todo a la comunidad. Fue un abandono en toda la extensión de la palabra, digan lo que digan.)
El punto es que MeeGo todavía es una incertidumbre, una serie de promesas sin cumplir en su cabalidad hasta que aparezca un gran dispositivo —tablet, smartphone, automóvil, lo-que-sea— que le soporte, popularice y eleve como el estupendo sistema operativo móvil que es. Creo que hay razones para que esto suceda, también razones por las que MeeGo merece vivir:
- porque su desarrollo sigue principios muy similares a los del kernel Linux: abierto y comunitario;
- porque sus ideas y evolución no están monopolizados como sucede con iOS;
- porque es una combinación de software libre y código abierto en serio, no a medias como Android, sólo bajo el escrutinio inicial de Google;
- porque más allá de mercados y economías —pensemos en el incipiente y menospreciado Linux de hace 20, 15 o 10 años—, cubre un nicho, el social, indispensable para ciertas comunidades no contempladas por las otras plataformas;
- porque es bueno, para usuarios y empresas, enriquecer el ecosistema móvil con alternativas —mención aparte merecen las ridículas guerras de patentes, donde las ideas se disputan para dominar al rival, no para incentivar la creatividad y favorecer al mercado; en fin—.
Hoy MeeGo sigue vivo a través de Intel, Fujitsu, Lenovo, Acer, Asus, AMD, Jaguar Land Rover. Pero, ¿Y si Intel decide hacerlo a un lado finalmente? Aún queda su comunidad de miles de usuarios y desarrolladores entusiastas —entre los que me incluyo—. ¿Eso será suficiente?
A decir de la intensa actividad que hay en las listas de correo, foros, canales IRC, y los dispositivos en camino, no veo aventurado decir que MeeGo seguirá en pie en el corto y mediano plazo, con fuertes posibilidades de encontrar un espacio permanente como alternativa tecnológica, con una lógica más libre, inclusiva, social, como el software sobre el que está construido. Ojalá que así sea.
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