Existen ciertos rasgos de personalidad que pueden hacer a algunas personas más propensas al "efecto placebo" que otras. Así lo determinó una nueva investigación de neurociencia encabezada por la Unidad de Michigan.
¡Qué alivio!
Entre las cualidades que pueden hacer a las personas más propensas a obtener alivio de un placebo, es decir, un medicamento falso, están el tener un temperamento que permite lidiar con adversidades, ser directo y eficaz y tener la disposición para ayudar a otros sin esperar algo a cambio.
Los investigadores de la UM demostraron que los químicos analgésicos del cerebro quizá responden realmente al dolor de manera distinta según la personalidad. Si la persona es "enojada", o de tipo hostil, el placebo no tiene mucho efecto.
El trabajo se publica en la revista Neuropsychopharmacology y lo realizó un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la UM y sus colegas en la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Maryland.
Las conclusiones muestran que casi una cuarta parte de la respuesta al placebo se explica por los rasgos de personalidad.
Si se confirman estas conclusiones podrían ayudar a los investigadores que estudian medicamentos nuevos y otros tratamientos, un área donde las respuestas de placebo pueden, realmente, confundir los resultados impidiendo que se determine con claridad si la terapia real está funcionando.
Cómo se hizo el estudio:
Los investigadores condujeron el estudio entre casi 50 voluntarios saludables, hombres y mujeres, con edades entre 19 y 38 años de edad. Dieron a cada persona una serie de pruebas psicológicas estándar que ayudan a identificar los rasgos de personalidad más fuertes que tiene el individuo, y luego les hicieron yacer en un escáner de cerebro llamado tomografía por emisión de positrones, o máquina PET.
Los investigadores dijeron a los voluntarios que iban a experimentar dolor por una inyección de agua salada en su músculo maxilar y que en ciertos momentos se les inyectaría un analgésico, que era en realidad un placebo. Les pidieron a los pacientes que clasificaran cuánto alivio esperaban tener antes de que empezara el experimento. Lugo, durante un período de 20 minutos cuando los voluntarios recibieron la inyección de agua salada y/o del "analgésico" les preguntaron repetidas veces que indicaran cuán efectivo creían que era el analgésico.
Mientras tanto el escáner PET tomó imágenes de los cerebros de los voluntarios permitiendo que los investigadores vieran cuánto de los analgésicos naturales llamados opioides endógenos se liberan en ciertas áreas del cerebro de cada persona bajo las condiciones de dolor o de "analgésico". También extranjero sangre de algunos de los pacientes durante el experimento y midieron los niveles de un químico inducido por el estrés, llamado cortisol.
Después de las pruebas los investigadores llevaron a cabo un avanzado análisis estadístico para determinar cómo los rasgos de personalidad influían las clasificaciones del nivel de dolor, la respuesta química del cerebro y los niveles de cortisol. Aunque los niveles de cortisol aparentemente no tuvieron influencia de los rasgos de personalidad y el efecto de placebo, la activación de los opioides endógenos causada por el placebo y los niveles de intensidad de dolor percibidos por los pacientes si fueron afectados.
Cómo se hizo el estudio:
Los investigadores condujeron el estudio entre casi 50 voluntarios saludables, hombres y mujeres, con edades entre 19 y 38 años de edad. Dieron a cada persona una serie de pruebas psicológicas estándar que ayudan a identificar los rasgos de personalidad más fuertes que tiene el individuo, y luego les hicieron yacer en un escáner de cerebro llamado tomografía por emisión de positrones, o máquina PET.
Los investigadores dijeron a los voluntarios que iban a experimentar dolor por una inyección de agua salada en su músculo maxilar y que en ciertos momentos se les inyectaría un analgésico, que era en realidad un placebo. Les pidieron a los pacientes que clasificaran cuánto alivio esperaban tener antes de que empezara el experimento. Lugo, durante un período de 20 minutos cuando los voluntarios recibieron la inyección de agua salada y/o del "analgésico" les preguntaron repetidas veces que indicaran cuán efectivo creían que era el analgésico.
Mientras tanto el escáner PET tomó imágenes de los cerebros de los voluntarios permitiendo que los investigadores vieran cuánto de los analgésicos naturales llamados opioides endógenos se liberan en ciertas áreas del cerebro de cada persona bajo las condiciones de dolor o de "analgésico". También extranjero sangre de algunos de los pacientes durante el experimento y midieron los niveles de un químico inducido por el estrés, llamado cortisol.
Después de las pruebas los investigadores llevaron a cabo un avanzado análisis estadístico para determinar cómo los rasgos de personalidad influían las clasificaciones del nivel de dolor, la respuesta química del cerebro y los niveles de cortisol. Aunque los niveles de cortisol aparentemente no tuvieron influencia de los rasgos de personalidad y el efecto de placebo, la activación de los opioides endógenos causada por el placebo y los niveles de intensidad de dolor percibidos por los pacientes si fueron afectados.
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