Ministros alemanes aprobaron el decreto relativo al Diagnóstico Genético Preimplantacional que abre vía al estudio genético de embriones concebidos in vitro antes de su implantación en el útero.
Lo aprueban
El Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, ya había aprobado la ley correspondiente en julio de 2011, pero sólo con el decreto, que ahora deberá ser aprobado por el Bundesrat (cámara alta) se hace efectiva la medida que permite realizar pruebas genéticas.
No obstante, el DGP queda limitado a casos determinados, por ejemplo si existe un elevado riesgo congénito o peligro de aborto o muerte para el feto.
Además, el estudio genético deberá ir precedido obligatoriamente de asesoramiento a los futuros padres y de la aprobación de una comisión ética, y podrá realizarse únicamente en centros especializados.
El proyecto de ley para permitir el DGP en casos determinados, presentado hace casi año y medio ante el Bundestag entre otros por la secretaria de Estado de Sanidad, la liberal Ulrike Flach (FDP), fue aprobado entonces por 326 diputados y rechazado por 260, con ocho abstenciones.
Flach advirtió entonces de que una prohibición de las pruebas genéticas obligaría eventualmente a una mujer a abortar para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias.
Para el defensor del paciente en el Parlamento, el socialcristiano Wolfgang Zöller, así como para la mayoría de diputados que se opusieron a los test genéticos, "el DGP supone hacer una selección", porque "entre los embriones fecundados artificialmente, unos son elegidos y los otros desechados".
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