Su biógrafo, Walter Isaacson presenta al genio de Apple tan apasionado y obsesionado por su trabajo que llegaba a comportarse de forma “miserable” con sus más allegados.
Biografía de Steve Jobs sale a la venta en Japón
Madrid. Romántico, extremadamente sensible y obsesionado con la búsqueda de la belleza pero también consciente de su poder y rudo en la exigencia, Steve Jobs creyó desde muy niño que era “especial”, que el destino le había elegido para hacer grandes cosas.
Esa es la semblanza de Jobs que Walter Isaacson, biógrafo autorizado del cofundador de Apple, trazó en una entrevista telefónica con Efe, en la que asegura que pese a la gravedad de su enfermedad, el tecnólogo dejó “ideas nuevas y brillantes para teléfonos y otros productos” que verán la luz en el futuro.
En el libro “Steve Jobs”, que salió a la venta este lunes, fruto de más de cuarenta entrevistas, Isaacson presenta a un “genio” con sombras tan apasionado y obsesionado por su trabajo que llegaba a comportarse de forma “miserable” con sus más allegados.
PODÍA SER MEZQUINO
“Su mayor defecto era que en ocasiones se dejaba llevar tanto por la pasión que podía llegar a ser mezquino con las personas. (…) No solía pedir perdón, pero aun así la gente le era muy fiel porque valoraba su pasión y su talento”, indica Isaacson.
Aunque no hacía autocrítica, el cofundador de Apple era “muy consciente” del impacto de su comportamiento y se mostró arrepentido de “muchas cosas”.
“Le pesaba la forma en la que afrontó el nacimiento de su primera hija, el no haberse hecho cargo de ella desde un primer momento. Y de pequeñas cosas, como de la manera en la que trató a sus padres cuando fue a la universidad. Creo, también, que se arrepintió de no haberse operado del cáncer nada más le fue diagnosticado”, sostiene Isaacson.
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