La NASA trabaja en un proyecto para convertir orina y excremento humano en vitaminas y hasta en comida para las misiones espaciales de la ISS.
TODO SE TRANSFORMA
No son pocos los proyectos que buscan aprovechar la cada vez mayor cantidad de desechos para convertirlos en combustible. Los desechos humanos también tendrían su segunda oportunidad.
La NASA acaba de anunciar que autorizaron a la Universidad de Clemson, además de un presupuesto de USD 200 mil, para que sus investigadores trabajen y desarrollen procesos que hagan posible que los desechos puedan ser reutilizados, sobre todo dentro de las misiones espaciales en la ISS.
Según reporta Xataca Ciencia, Mark Blenner, profesor en el departamento de química y bioingeniería de la Universidad de Clemson, es el máximo responsable de arrancar con el proyecto, donde todo apunta a un trabajo en base a la genética de la levadura. La idea general es hacer que la ISS sea autosuficiente, ya que las misiones de abastecimiento representan una fuerte inversión de millones de dólares.
Actualmente en la ISS se recicla gran parte de la orina, que es utilizada para tareas de limpieza, pero los excrementos se acumulan hasta que un transbordador los recoge y son enviados de regreso a la Tierra. Con este proyecto, que tendrá una duración aproximada de tres años, se busca que la orina sea utilizada como biocombustible, mientras que los excrementos servirían como vitaminas y hasta alimento.
Blenner adelantó que la investigación está centrada en una cepa especial de levadura, la cual ha sido modificada genéticamente, para transformar los excrementos en polímeros y plásticos, que servirían como materia prima para la recién estrenada impresora 3D, y así no tengan que depender de las misiones de abastecimiento. Pero eso no es todo, ya que también sería capaz de transformar los excrementos en Omega 3, para que a partir de ahí, se creen vitaminas y ciertos alimentos.
Para hacer crecer esta levadura se necesita nitrógeno, elemento abundante en la orina humana, Por otro lado, esta levadura también se alimenta de ácidos grasos (lípidos), que ciertas algas pueden crear a partir del carbono. Entonces se tienen dos opciones, ya que por un lado tenemos la orina, o bien, se puede usar la misma respiración de los astronautas, que contiene dióxido de carbono, para que las algas produzcan lípidos.
Blenner y su equipo ya iniciaron la investigación, y en los próximos meses se irán dando avances, ya que el mayor reto es crear un sistema que se pueda transportar en una nave, pero sobre todo, se pueda usar de forma sencilla en la ISS.
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