Un informe de Deloitte, confirma que la tecnología sustituye algún tipo de trabajo humano pero también ayuda a que suba la productividad y el empleo en sectores como salud, la educación y demás servicios profesionales.
LA MÁQUINA DEL TIEMPO
Más que destruir puestos de trabajo, la tecnología ha cambiado la forma en que se produce en el mundo. De hecho, ha creado más empleos. Al menos eso es lo que dice Deloitte en un estudio reciente que publica The Guardian y recoge Xataca, para el que se analizaron datos del censo de Inglaterra y Gales para ver cómo ha evolucionó el mercado laboral desde 1871.
El incremento en las máquinas elevó el número de programadores e ingenieros. Según el estudio, también se detectó un aumento de puestos de trabajo en otros sectores, como en el creativo o el entretenimiento.
Los trabajos de carácter más físico (mineros, agricultores, etc.) han sido los que más cayeron en el periodo analizado: de ocupar al 23,7% de la población activa en 1871 a caer hasta el 8,3% en 2011. En cambio, las profesiones de "cuidados" (entendiendo como tal las sanitarias, las educativas y otras) pasaron del 1,1% al 12,2%. Según el informe de Deloitte, la tecnología sustituye a los trabajos de fuerza bruta pero también ayuda a que suba la productividad y el empleo en otros sectores, como el de la salud, la educación y otros servicios profesionales.
Las máquinas abaratan costes, el ciudadano gasta menos que antes y por tanto sube su poder adquisitivo: tiene dinero extra para gastar en otras cosas como peluquerías o bares, según el informe
Adicionalmente, y como las máquinas abaratan los costes, el ciudadano al final tiene más dinero para gastar en otras cosas que no se corresponden a necesidades del día a día. El estudio menciona varios ejemplos concretos: se han perdido puestos de trabajo en agricultura, en lavanderías, en trabajos de secretaría, en mecanógrafos, en plantas de fabricación. Sin embargo, y además de más profesionales técnicos, hay más profesores, más profesionales de la salud, más contadores, más camareros y más peluqueros.
Lo que dicen tiene parte de sentido, pero también hay otras consideraciones que parecen no haber tenido en cuenta al centrarse únicamente en Inglaterra y Gales. Como por ejemplo, el hecho de que ahora muchas compañías no es que recurran a máquinas para cubrir sus puestos, sino a trabajadores de países en desarrollo que trabajan más, con menos controles laborales y por cantidades ínfimas de dinero.
Los autores del estudio no creen que vayamos a vivir un conflicto entre máquinas y humanos en el futuro cercano: "Las máquinas se encargarán de las tareas más repetitivas y laboriosas, pero no parecemos estar más cerca de eliminar la necesidad del trabajo humano que en los últimos 150 años" afirman.
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